Luis Stillmann Rottenstein: Un testigo del Holocausto que desafió la muerte
El pasado 6 de septiembre, México se despidió de Luis Stillmann Rottenstein, un sobreviviente del Holocausto que vivió hasta los 102 años. Su vida fue un testimonio de resiliencia, un relato lleno de sufrimiento, injusticia y tenacidad ante las duras pruebas que le impuso la historia. En este artículo, exploraremos la vida de Stillmann, su viaje desde la Hungría ocupada por los nazis hasta México, y su papel como narrador de una época sombría.
Los presagios de una vida marcada por la adversidad
Luis Stillmann nació el 31 de diciembre de 1921 en Mád, un pueblo húngaro de escasa población judía y con un bagaje familiar de 300 años en la región. Desde temprana edad, se vio envuelto en un entorno cargado de antisemitismo, lo que limitó sus oportunidades y afectó su niñez. Una gitana predijo que no celebraría su siguiente cumpleaños. Esta predicción resonó con fuerza en él, en especial durante los oscuros días que enfrentó durante la Segunda Guerra Mundial.
Primeros años y pasión por el estudio
La familia de Stillmann, en un intento por escapar de la hostilidad, se mudó a una ciudad más grande cuando él apenas tenía cinco años. A pesar de las dificultades, Stillmann se destacó en sus estudios. Completó la primaria en el patio de una sinagoga reformista y rápidamente demostró ser un estudiante brillante. Sin embargo, el ambiente de creciente antisemitismo en Hungría limitó sus aspiraciones académicas. Aunque se graduó con honores en la preparatoria, las leyes antijudías le impidieron continuar su educación en la universidad.
Decidido a seguir adelante, Stillmann optó por convertirse en ebanista, aunque nunca se sintió plenamente satisfecho con esta elección. En un acto de valentía y determinación, se dirigió a la universidad, donde el rector, Albert Szent-Györgyi, lo aceptó en la facultad de Derecho, lo que le permitió evadir su reclutamiento militar durante los primeros años de la guerra.
El horror de la guerra y la lucha por sobrevivir
Con la guerra tocando a las puertas de su vida, Stillmann fue llamado al combate en 1944, donde se encontró en una situación de extremo peligro. Tras fingir una herida para escapar de la línea del frente, fue enviado a un campo de concentración, el cual había ido creciendo caóticamente a medida que la guerra avanzaba.
La pesadilla del campo de concentración
Stillmann fue trasladado al campo de Mauthausen, donde las condiciones eran horrendas y la salud de los prisioneros se deterioraba rápidamente. Se vio obligado a hacer trabajos forzados, cavando trincheras y buscando minas, con poco alimento y un constante temor por su vida. Pero su ingenio y habilidad para hablar varios idiomas lo diferenciarían de otros prisioneros.
Fue capaz de sobrevivir usando una identificación de un falso pasaporte portugués, lo que le permitió sortear algunos de los riesgos más letales del campo. Además, logró comunicarse con otros prisioneros y militares, utilizando sus dotes lingüísticas para unirse a los esfuerzos aliviadores que escondían algo de esperanza entre la desesperanza del campo de concentración.
La liberación: un nuevo comienzo
La liberación del campo llegó en la primavera de 1945, cuando los soldados aliados comenzaron a tomar control de Mauthausen. Stillmann fue uno de los sobrevivientes que experimentaron una mezcla de alivio y desolación. La liberación fue caótica, y muchos prisioneros se lanzaron a la búsqueda de comida. Stillmann recordó que en su primera búsqueda, tuvo que arrastrarse para alcanzar un pedazo de pan.
Después de este periodo traumático, logró convertirse en intérprete para el Tercer Ejército de Estados Unidos, liderado por el General George Patton, donde trabajó hasta octubre de 1945. Su capacidad de traducir se volvió crucial no solo para su supervivencia sino también para ayudar a otros refugiados.
Regreso a Hungría y el encuentro con su pasado
A finales de 1945, regresó a su Hungría natal, donde se involucró en la búsqueda de criminales de guerra. Participó en el Comité que investigó los crímenes de guerra y ayudó a arrestar a líderes colaboracionistas del régimen nazi, lo que le permitió tener un enfrentamiento simbólico con su traumático pasado. A través de sus esfuerzos, sintió que estaba poniendo su granito de arena para reparar las injusticias de su gente.
Nueva vida en México
A pesar de su éxito en Hungría, Stillmann anhelaba escapar del doloroso pasado que lo acosaba. Con la recomendación de un pariente en Estados Unidos, decidió emigrar a México, un país que le ofrecía la posibilidad de reintegrarse y vivir en paz. Sin embargo, sus expectativas sobre México eran modestos, basados en las ideas preconcebidas que había adquirido a través de un libro sobre el país.
Llegó a México a finales de los años 40, justo cuando el país enfrentaba su propia evolución política y social. En este nuevo capítulo de su vida, se reinvenció como empresario farmacéutico, donde continuó aportando a la sociedad y formando una familia. El legado de su historia está presente en su esposa, Miriam Weisz, también sobreviviente del Holocausto, y sus dos hijas, Patricia y Mónica, así como sus nietos y bisnietos.
Su testimonio y advertencias
Luis Stillmann se convirtió en un testigo crucial de la historia del Holocausto. Su testimonio fue documentado por la Fundación Shoah de Steven Spielberg, donde compartió sus experiencias con las generaciones futuras para garantizar que tales atrocidades no sean olvidadas. Su vida fue una urgente advertencia sobre los peligros del antisemitismo y la intolerancia, que siguen siendo relevantes en el contexto contemporáneo.
Evocando su legado:
Con su fallecimiento, no solo se pierde un sobreviviente del Holocausto, sino que se desvanece también un importante recordatorio del pasado de la humanidad que, si no se recuerda, podría repetirse. Stillmann vivió para contar su historia y dejar un mensaje de resistencia y esperanza frente a la adversidad.
Reflexiones finales
Luis Stillmann Rottenstein vivirá eternamente en la memoria de aquellos que valoran la historia y la educación. Su vida estuvo marcada por experiencias que parecían insuperables, pero su capacidad de adaptación y su deseo de sobrevivir redefinieron el sentido de la vida para él y para quienes lo conocieron. A medida que el tiempo pasa, su legado sigue invitándonos a reflexionar sobre el dolor del pasado y la necesidad de construir un futuro más inclusivo.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1. ¿Qué experiencias tuvo Luis Stillmann en los campos de concentración?
Luis Stillmann fue prisionero en varios campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, especialmente en Mauthausen. Allí enfrentó condiciones extremas de trabajo forzado, hambre y miedo, pero utilizó su ingenio, habilidades lingüísticas y astucia para sobrevivir y eventualmente ser liberado.
2. ¿Cómo contribuyó Luis Stillmann después de la guerra?
Después de la guerra, Stillmann regresó a Hungría, donde trabajó en la búsqueda de criminales de guerra nazis. Luego emigró a México, donde se convirtió en empresario y se dedicó a compartir su testimonio sobre el Holocausto, contribuyendo a la educación y la memoria histórica.
3. ¿Cuál fue el impacto del testimonio de Luis Stillmann sobre la memoria del Holocausto?
Stillmann se convirtió en un importante testigo del Holocausto y su historia fue documentada por la Fundación Shoah. Su testimonio es vital para educar a las futuras generaciones sobre los horrores del antisemitismo, la intolerancia y la importancia de recordar el pasado para evitar que se repita.