La política de protección civil en México: una mirada crítica
La gestión de desastres en México ha tomado un rumbo preocupante durante este sexenio. La política de protección civil ha sido caracterizada por la improvisación y la falta de experiencia de los titulares que han estado al frente del Sistema Nacional de Protección Civil. Esta situación alza alarmas en un país que es vulnerable a desastres naturales, así como a incidentes provocados por el hombre.
Un cierre trágico ante la ineficiencia
Este gobierno enfrenta su cierre con el impacto devastador del huracán John que ha azotado las costas de Oaxaca, Guerrero y Michoacán. En este contexto, los perfiles seleccionados para dirigir esta área crítica han dejado bastante que desear. Por un lado, se encuentra David León, vinculado a la política de Morena y cuyo paso por la administración ha estado marcado por controversias, como la recepción de dinero en sobres. Por otro lado, Laura Velázquez, licenciada en Historia del Arte, se encuentra en la dirección del Sistema Nacional de Protección Civil, sin experiencia relevante en la gestión de emergencias que ponen en riesgo la vida de las personas.
Falta de prevención y mitigación
Expertos en la materia coinciden en que la inexperiencia de los actuales titulares ha desencadenado tragedias. No solo se ha fallado en la prevención y mitigación, como ocurrió con el huracán Otis, que dejó a la población sin advertencias adecuadas, sino que también se han visto deficiencias en la atención a eventos trágicos como la mina de El Pinabete en Coahuila.
La desaparición del Fonden
La eliminación del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden), que operó desde 1999 como un mecanismo presupuestario crucial para la rehabilitación de la infraestructura a raíz de desastres, ha exacerbado la crisis. Este cambio fue presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo calificó de “un barril sin fondo”. Sin embargo, varios expertos argumentan que la desaparición del Fonden no es el único ni el más grave error dentro del sistema de protección civil.
Alberto Rodríguez, extitular de Protección Civil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que el actual gobierno no ha comprendido el propósito integral que debería tener el Sistema Nacional de Protección Civil. Este sistema se creó para disminuir no solo la frecuencia de desastres, sino también sus daños, enfocándose en la preservación de vidas y en la estabilidad económica de las comunidades afectadas.
La administración de tragedias
En perspectiva, Rodríguez considera que, en lugar de enfocarse en prevenir tragedias, el Sistema Nacional de Protección Civil ha evolucionado hacia un modelo donde se administran emergencias. Esto significa atender las consecuencias de los desastres en lugar de tomar medidas proactivas. Por ejemplo, la carencia de alertas adecuadas y de desalojo durante la llegada del huracán Otis demostró que la preparación es casi nula. Esta falta de previsión ha costado vidas y ha dejado a la población vulnerable ante fenómenos naturales.
Incluso a más de siete años de los devastadores sismos de 2017, muchos edificios emblemáticos aún permanecen dañados, incluyendo instalaciones gubernamentales que podrían resultar en tragedias futuras si no se atienden de manera inmediata.
Desprofesionalización del sector
Uno de los principales problemas destacados es la falta de perfiles capacitados en el ámbito de la protección civil. Los nombramientos se han percibido como “premios políticos” en lugar de ser asignaciones estratégicas basadas en habilidades y experiencia. Tal como lo menciona Rodríguez, la ineficacia del sistema radica en la selección de personas que no tienen el conocimiento necesario para afrontar situaciones críticas.
Incluso en el caso de huracanes, la falta de alertas efectivas ha llevado a un manejo inadecuado y precipitado, como ocurrió con el huracán Otis. En muchas ocasiones, los funcionarios optan por no generar alarma, lo que resulta en una omisión de información vital que pudo salvar vidas.
La respuesta a las emergencias
Durante situaciones críticas, la respuesta del Sistema Nacional de Protección Civil ha dejado mucho que desear. Alberto Rodríguez cita que, al momento del huracán Otis, no se autorizó la intervención de personal capacitado para protección civil en hoteles y empresas. Esto evidenció un déficit en la anticipación y preparación ante desastres. En cambio, se ha recurrido a la intervención del Ejército para repartir despensas y ofrecer ayuda básica, un enfoque que, aunque necesario, revela una falta de estructura en el manejo de emergencias.
La percepción pública
Es innegable que la percepción pública sobre la efectividad del Sistema Nacional de Protección Civil es crítica. La falta de preparación y respuesta ha llevado a cuestionamientos sobre la capacidad del gobierno para manejar tragedias. Esta situación se vuelve más insostenible cuando se considera que, a pesar de los desastres, en algunos lugares el partido en el poder ha logrado mantenerse en el ejercicio del gobierno en las elecciones posteriores, lo que sugiere que las políticas de atención a desastres no han sido determinantes en la percepción electoral.
¿Qué se puede hacer?
Para avanzar hacia una mejora en la política de protección civil, es imperativo realizar una inversión en la capacitación del personal. También se necesitan perfiles idóneos en cargos estratégicos donde la protección civil no se vea únicamente como una administración de desastres sino como un enfoque preventivo.
Por otro lado, es necesario restaurar mecanismos como el Fonden, que si bien tuvo sus críticas, proporcionaba un apoyo significativo en momentos críticos. La reconstrucción de la infraestructura pública también debe ser parte de la agenda para asegurar que los habitantes no solo estén seguros ante desastres, sino que puedan recuperarse y reconstruir sus vidas rápidamente.
Preguntas Frecuentes
¿Por qué es importante el Sistema Nacional de Protección Civil en México?
El Sistema Nacional de Protección Civil es vital para el país debido a su capacidad de coordinar esfuerzos y recursos para prevenir, mitigar y atender desastres naturales y provocados por el hombre. Su objetivo es salvar vidas, proteger el patrimonio y garantizar la continuidad de las actividades económicas en situaciones de emergencia.
¿Qué consecuencias ha tenido la desaparición del Fonden?
La eliminación del Fonden ha limitado la capacidad del gobierno para responder eficazmente a desastres naturales. Sin este fondo, la rehabilitación de infraestructuras críticas y la asistencia a los afectados suelen ser más lentas y menos eficaces, lo que aumenta el sufrimiento de las víctimas.
¿Cómo se puede mejorar la gestión del riesgo en México?
Mejorar la gestión del riesgo implica la capacitación de profesionales en el área de protección civil, la implementación de políticas preventivas y la restauración de mecanismos de financiamiento para desastres. Además, es fundamental fomentar una cultura de prevención entre la población, educando sobre cómo actuar ante situaciones de emergencia.
La situación actual de la protección civil en México es un llamado a la acción para revertir una tendencia de ineficacia que ha puesto en riesgo innumerables vidas. El camino hacia una respuesta adecuada y eficaz está en manos de todos: gobernantes, expertos y ciudadanos.